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Las consecuencias de vivir en un mundo polarizado

Desde que se estableció la denominada “Guerra Fría”, luego de la Segunda Guerra Mundial, el mundo nunca antes se había visto tan presionado por pertenecer o apoyar a un bando o a otro, y es que también se veían presionados por amenazas que afectaban su situación, no solo económica, sino también política, social y hasta cultural.

Al día de hoy, muchos países se ven afectados por las consecuencias de la Guerra Fría, incluso, varios de estos tuvieron que dividirse en dos o más países, debido, en gran parte, a problemas ideológicos que jamás se llegaron a conciliar. Claro ejemplo de ello son la persistente división de Corea, la histórica división de Alemania y los diversos y actuales problemas internos que atraviesan países como Venezuela, España, Bolivia, Ecuador, Argentina, entre muchos otros.

Para entender lo que es la Guerra Fría, debemos primero recordar que, terminada la Segunda Guerra Mundial, los países que iban en contra de Estados Unidos, en su mayoría europeos, terminaron en ruinas, consolidando al país americano como la primera potencia y a casi todos sus aliados como potentes victoriosos, ya que, tiempo después, recibieron recompensas de parte del país de América del Norte para garantizar una vía de progreso y desarrollo.

Estados Unidos lideraba a un bloque de tendencia capitalista y pensamiento estrictamente occidental, valorando, sobre todo, la libertad, la democracia y el libre mercado; mientras que la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, mejor conocida como URSS, lideraba a un bloque que ponía por sobre todas las cosas a la clase obrera, repudiaba el libre mercado y el pensamiento occidental guiado por la existencia de un Dios.

¿Cómo entender las consecuencias de la Guerra Fría?

El resto de países del mundo se veían obligados a apoyar a un determinado bloque, siendo amenazados por ambos con supuestos recortes de apoyo económico, político y militar; obligando a las autoridades locales a asumir una ideología y hacerla respetar. Los países que apoyaban a Estados Unidos llegaron a alcanzar un progreso, aunque condicionado y casi próspero con el tiempo, mientras que los países de tendencia socialista fomentaban un odio a Estados Unidos y el capitalismo, implantando gobiernos totalitarios y populistas.

Actualmente, en muchos países del mundo existen disputas ideológicas que rompen con principios como la democracia, estableciéndose desde Golpes de Estado, derrocamientos, cambios radicales de gobierno y de constituciones, pero, eso sí, aferrándose fuertemente a una de estas dos ideologías y siendo tajantes con líderes y ciudadanos que piensan completamente diferente.

Si observamos el mapa ideológico del mundo, veremos constantes cambios. Si el día de hoy vemos a una Argentina y España con gobiernos de izquierda, el día de mañana los podremos ver con gobiernos más liberales y amistosos con potencias como Estados Unidos o el Reino Unido. El mapa cambia constantemente, lo que impide que la sociedad se mantenga en una vía de desarrollo que les permita crecer económicamente.

Los cambios de ideología que se establecen en todos los países del mundo afectan demasiado al progreso de millones de ciudadanos, quienes se ven perjudicados, limitados y condicionados por los constantes cambios, hasta el punto de jamás permitirles establecerse económicamente. Solo veamos el caso de Corea del Norte o de los países de Asia y África con gobiernos conservadores y extremistas que obligan a sus ciudadanos a vivir un estilo de vida fijo, coartándoles derechos y limitándoles el acceso a servicios básicos, educación y más.

Por su parte, los países que tienen tendencia al liberalismo y al capitalismo, son gobernados por gobiernos corruptos y con propios intereses, dando rienda suelta al libre mercado y poniendo en segundo plano los intereses y el bienestar de sus propios Estados, saqueando los recursos naturales, entre tantos otros problemas.

La Guerra Fría continúa hoy en día y no permite que los países fijen sus propias vías de desarrollo o vivan de acuerdo a modelos de vida e ideologías que podrían permitirles crecer en varios ámbitos, esto porque se ven limitados a elegir únicamente entre dos opciones: o capitalismo o socialismo.

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